A continuación el resumen de la ruta de 7 días por Túnez, en los que he completado un total de 600 km aproximadamente. La zona elegida ha sido el sur del país, donde predomina un paisaje desértico escasamente poblado y algunos asentamientos bereberes. El olivo y la palmera datilera también son muy habituales. Dada la época en la que he realizado el viaje, el número de turistas encontrados ha sido escaso.
Túnez. Después de pasar dos días en la capital, Tunis, donde visité Cartago y Sidi Bou Said, una vez ya con la bicicleta, comencé el recorrido.
Tras llegar de madrugada a la estación de tren de Gabès después de 6 horas y media de viaje, tengo un pequeño percance al chocarme con una ventana que me lleva al hospital, donde me atienden formidablemente.
El día amanece con lluvia y poco a poco van avanzando los kilómetros que me llevarán hasta Zarzis, localidad situada en la costa del mediterráneo. Por el camino pedaleo por paisajes rurales llenos de olivos. También veo algunas carnicerías de carne de camello.
Antes de llegar a la ciudad de Zarzis, recibo la llamada de Abdelghani Smaali, se trata de un senador que me ha contactado previamente a través de las redes sociales, y que sale a buscarme a la carretera. Me sorprenden con un ramo de flores y me dirijo a realizar una entrevista para la televisión en la sede del equipo de fútbol local Esperance Zarzis, después visito la nueva terminal de pasajeros del puerto marítimo. Finalmente, ceno pescado fresco y me dirijo a dormir al hotel Lella Mariem, todo pagado por Abdelghani.



Cuarto día en el país y segundo con la bicicleta. Hoy he aprovechado el hotel para dormir hasta las 9 de la mañana. Después he desayunado y he ido a visitar la playa que estaba a 200 metros. Solamente había otros tres o cuatro turistas rusos.
Después, me he dado un masaje relajante en el spa del hotel. He probado uno de los platos típicos de Túnez, la ensalada mechouia. En el restaurante, un hombre me ha dicho que me ha visto en la tele y me ha enseñado el vídeo en Facebook.
A la tarde, me he dirigido hacia la isla de Djerba, a donde se llega a través de un dique de unos 5 km que la comunica con tierra. A falta de 5 km para llegar, un coche me ha parado y el hombre que se ha bajado me ha dicho que me pagaba un hotel, con cena y desayuno. Increíble hospitalidad de la gente tunecina.


Quinto día en el país y tercero con la bicicleta. La etapa de hoy me ha llevado de la isla de Djerba a Matmata. Nada más arrancar de Djerba, se ha soltado la biela izquierda de la bici. En principio pensé que fuese más grave, pero he conseguido volver a ponerla y no ha vuelto a dar problemas.
Para cruzar de Djerba a tierra firme se pasa el tramo de mar en un barco, que es gratuito al menos en bicicleta.
El paisaje sigue dominado por los olivos y las palmeras. Casi todo el tiempo círculo por carreteras asfaltadas con escaso tráfico y bastante llanas, con algún pequeño tramo por pistas de tierra.
Se me hace de noche y llego a Tounine. Allí no había sitios para pernoctar, con lo que me llevan en un coche a Matmata, donde me quedo en un el hotel Marhala, de estilo troglodita.
















Sexto día en el país y cuarto con la bicicleta.
La etapa de hoy me ha llevado de Matmata a Bir Soltane.
Por la mañana he visitado una típica casa troglodita y el museo de Matmata.
El paisaje cada vez es más desértico a medida que me acerco al desierto del Sáhara. El terreno es más ondulado que en días anteriores.
Llego al cruce de la carretera que que va que va a Ksar Ghilane, donde hay un café en el que pido un té a la menta. Sin pedirlo me sacan un plato de arroz con verdura. Me viene bien porque tan sólo tenía y unos tomates y plátanos para comer. Pido un segundo plato de arroz y decido coger la carretera hacia Ksar Ghilane.
La distancia desde el café a Ksar Ghilane es todavía de 77 km. A medio camino entre hay un café, en Bir Soltane, a donde llego cuando anochece y me quedo allí a dormir.



















Séptimo día en el país y quinto con la bicicleta.
Después de desayunar en Bir Soltane y ver cómo hacen el pan, comienzo a pedalear hacia Ksar Ghilane. Quiero llegar pronto al oasis para poder disfrutar de una jornada diferente. Por ello, al de pocos kilómetros pasa una furgoneta que decido parar para que me lleven hacia Ksar Ghilane.
Allí, hago una excursión en quad por las dunas del Sáhara con otros dos cicloturistas tunecinos que se encuentran desde ayer en el lugar.
Después de comer, me doy un baño en la piscina natural de agua caliente.
También conozco a una señora alemana que viaja por el país y que me sigue en Facebook.
Para dormir, los otros cicloviajeros me dejan una de sus tiendas de campaña.

















Octavo día en el país y sexto con la bicicleta. Después de recoger la tienda y desayunar, hemos comenzado a pedalear casi a las 10 de la mañana.
Hoy tocaba volver por la misma carretera hacia atrás durante 77 km, hasta el cruce de la carretera que va a Douz. He ido acompañado de los dos cicloturistas tunecinos. El paisaje desértico y el día nuevamente despejado, sin mayores novedades.
Al llegar al café del cruce hemos parado para comer y esperar a un vehículo para llegar a Douz. Un 4×4 que pasaba nos ha llevado hasta Douz. Al llegar, he buscado un hotel para dormir, y lo he encontrado por solo 18 Dinares, unos 6 euros, con desayuno incluido. He cenado cuscús y regresado a dormir.







Noveno día en el país y séptimo con la bicicleta.
Hoy el recorrido me ha llevo de Douz a Tozeur, completando una larga etapa de 124 km.
Durante el camino he cruzado el lago salado de Chott el Jerid.
He llegado a Tozeur antes de las 5 de la tarde y me he quedado en el hotel Niffer, por 22 dinares.
He cenado carne de dromedario en el restaurante Dar Deda.






Tengo que agradecer a muchas personas, quienes han hecho que este viaje haya sido posible. Sobre todo, a Alaeddine, por prestarme su bicicleta para hacer la ruta. A Safé, por hospedarme en su casa y gracias a quien conocí a Alaeddine. A Abdelghani, por todos los preparativos y el increíble recibimiento en Zarzis, a Hichem, por su generosidad al cederme una habitación de su hotel en Djerba, y a toda la demás gente anónima que en algún momento me echaron una mano.
Muy interesante relato y fotos. Me apunto Túnez como destino para mi próxima aventura en bicicleta.