Después de dormir en un sofá de la franquicia de cafeterías Costa del aeropuerto de Edimburgo, a las 7 de la mañana he cogido el tranvía en dirección al centro. Media hora después he llegado a la parada de Princes Street, donde me he bajado para ir andando al hostel High Street, situado junto a la Royal Mile. Como ya conozco Edimburgo de cuando estuve viviendo tres meses en el verano de 2005, no me ha costado encontrarlo.


Enfrente del hostel, hay una tienda de alquiler y venta de bicicletas, Cycle Scotland. Allí, antes de las 8 de la mañana estaba Peter, quien me ha vendido una mountain bike de segunda mano con neumáticos de bicicleta híbrida y un tamaño de cuadro de 17″. El hombre estaba muy ocupado porque justo hoy tenía un tour guiado de bastante gente y estaba poniendo a punto un buen número de bicicletas cuando yo he llegado. Por eso, me ha dicho que yo ajustara el freno y atornillara la parrilla que le faltaba. La conexión de la parrilla estaba doblada y no encajaba bien, con lo que he estado un rato hasta que he podido colocarla. Peter alucinaba al decirle que había ido hasta Malasia en bicicleta y con mi falta de pericia mecánica. Después, me ha invitado a un café y ha dicho que me vuelva a pasar para hablar con más tranquilidad por si quiero alguna recomendación o mapas de rutas.
A mediodía, he realizado una visita a los Meadows, donde con el tiempo tan agradable y estable que ha hecho durante todo el día (24ºC es todo un récord aquí) se estaba muy bien y allí he comido cuscús precocinado de supermercado y dos mini kebabs. A la tarde he aprovechado para probar la bicicleta, con la que he ido a por gas para el hornillo a la tienda Go Outdoors en Granton, al norte de la ciudad. Después, he dado un paseo por la Royal Mile y calles adyacentes, la zona histórica de la capital escocesa. Edimburgo es como un museo al aire libre, históricamente ha sido lugar de grandes pensadores y eso ha quedado patente en su urbanismo. Es increíble el número de monumentos con que cuenta esta ciudad, pero dos esculturas son las que destacan, la del filósofo David Hume, y la del economista Adam Smith. También he descendido por Victoria Street hacia Grassmarket, después he vuelto atrás a la catedral de Saint Giles y he aprovechado para subir al Calton Hill para tener una panóramica de la ciudad. Por último he dado una vuelta por la zona de Princes Street, que es sobre todo una calle comercial, repleta de tiendas de souvenirs para turistas, donde destacan los kilt, o faldas escocesas, las bufandas, y las galletas Walkers, que más que escocesas son un símbolo de todo el Reino Unido.
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