La entrada a Vietnam desde Laos no fue sencilla por la fuerte tormenta de lluvia y viento que nos hizo pernoctar en un restaurante junto a la frontera de Vietnam. Las noticias no eran tranquilizadoras, en el televisor de la garita del restaurante aparecía la imagen de un fuerte tifón que se acercaba a 200 km/h desde el mar de China hacia nuestra posición. Después de llover durante toda la noche, a la mañana cede un poco y nos adentramos en Vietnam, que nos recibe con un paisaje de vegetación frondosa mientras descendemos desde la frontera por una sinuosa carretera en la que durante la noche ha habido un desprendimiento de ladera. Los autobuses y coches están parados, pero podemos avanzar con las bicicletas. Al finalizar el descenso, mientras estamos parados en una pequeña tienda de alimentación comiendo algo para reponer fuerzas, aparece otro cicloviajero. Se trata de Aigars Lauzis, de Letonia, que pedalea de Singapur a Shanghai. Nos comenta que los oficiales de inmigración de la frontera le avisaron de dos ciclistas que se habían quedado atrapados la noche anterior en la frontera por un desprendimiento en la carretera.


A la tarde, llegamos a Vinh, en Vietnam, la tranquilidad de Laos ha dado paso al incesante tráfico de motos, mientras que el paisaje continúa dominado por los arrozales, que se asientan en grandes llanuras. Los vietnamitas parecen estar algo más acostumbrados a los extranjeros, aunque seguimos levantando expectación y recibiendo saludos. Es interesante a las horas de salida de los colegios como por la carretera los niños circulan a la par con sus motos eléctricas.
Después de visitar la capital Hanoi y la ciudad de Ho Chi Minh (antigua Saigon), al sur del país, me dirijo actualmente hacia la frontera de Camboya. En el camino desde Ho Chi Minh he aprovechado para visitar los túneles de Cu Chí y el pueblo de Trang Bang, conocido por la célebre foto de Kim Phuc, la niña del Napalm. Allí he tenido la oportunidad de conocer a sus hermanos, que regentan un pequeño bar de carretera a la entrada a la localidad.
En cuanto a Hanoi y Ho Chi Minh, esta última es más moderna, mientras que la primera conserva un aire más auténtico. En Hanoi visité el Museo de Historia de la guerra, donde destacan algunos aviones americanos abatidos por el Viet Cong, como el B 52. En Ho Chi Minh (Saigon), merece la pena ver la catedral de Notre Dame y el edificio de correos, entre otros lugares.

















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